Vamos a hablar de la célebre espada del conquistador del Perú, Francisco Pizarro; ya que se hizo famosa en plena invasión napoleónica.
Estamos pues en 1809, en plena irrupción de las tropas invasoras. La espada por entonces se guardaba en el palacio de los Marqueses de la Conquista, como un trofeo histórico, donde era admirada por propios y extraños. Todos sabemos que nuestra causa fue apoyada por los ingleses. Un ejemplo claro fue el escocés Downie, quien formó una guerrilla de extremos; en vista de su abnegado proceder la entonces marquesa de la Conquista le regaló la célebre espada.
En los olivares de Castilleja de la Cuesta (Sevilla) se batió la guerrilla de Downie contra los franceses y, en lo más reñido de la acción, tratando el escocés de saltar por un hueco a la entrada del puente de Triana, fue abatido del caballo y herido en la mejilla y en un ojo. Downie que se vio perdido, aún tuvo ánimos para arrojar la espada a los extremeños para evitar así que los enemigos se apoderaran de ella.
Los guerrilleros recogieron el arma y enardecidos por ese acto se arrojaron como las fieras contra los franceses, a quienes vencieron.
Posteriormente, la histórica espada fue llevada a la Armería Real de Madrid, donde en la actualidad se encuentra.
Antes de finalizar el trabajo, tengo que decir que la moderna crítica histórica ha tenido que trabajar fatigosamente para destruir leyendas y presentar los hechos y los personajes históricos libres de las fábulas maravillosas con que la imaginación popular las había revestido. Por tanto, esa es la labor de ustedes, estudiosos e investigadores; la de analizar, indagar y registrar estos hechos para que también puedan engrosar, más si cabe, los anales de nuestra historia. Y si no es así, entonces que perduren y vaguen todas éstas, como hasta ahora, por las brumas de la historia y de la voz popular.
http://leyendas-peru.blogspot.pe/2010/04/mitos-y-leyendas-de-la-libertad.html
EL JINETE FANTASMA:
Esta versión ha sido proporcionada por el Sr. Manuel Alonso Landauro, profundo conocedor de la hostoria de Ascope. había en el siglo pasado un tráfico intenso entre las poblaciones andinas y Ascope, los vecinos de Casacas venían a vender sus productos y a gozar del verano. Una pareja de recien casados se dispuso a pasar su luna de miel en la floreciente ciudad de Ascope. Bajaron de la ubérrima ciudad de Cascas, cuando los rayos solares se difundían maravillosos por el camino que conducía a la costa. Despues de hacer un largo alto, para descanzar y tomar sus alimentos, lograron llegar al atardecer a un lugar llamado "La Encañada". Los viejos ascopanos suelen narrar historietas de asesinatos, apariciones siniestras, asaltos, robos, y abusos sin nombre que cometían los asaltantes en este desolado paraje, camino del trayecto de Casacas, a la ciudad de Ascope.
Los antedichos viajeros llegaron a las 6 de la tarde a este lugar, de repente al esposo le sobrevino la necesidad de la cual nadie puede prescindir y separándose un poco de su esposa, le dijo: que siguiera delante y que le esperase al fin des estrecho de la encañada, despues de terminar su necesidad, al cerrar la oración de la tarde, montó su caballo, la oscurida ya invadía todo, pero cual no sería su sorpresa, que tuvo el viajero, por que siente junto a su esposa, a otro jinete, que se prendía de él, lleno de espanto el hombre se desmayó al llegar al lugar donde se encontraba su esposa esperándole, cuando volvió en si, no se expresaba bien, a los pocos días después de llegar Ascope, fallecía por la fuerte impresión que tuvo.
LEYENDAS:
Según nos narra el guardián del cementerio, la tumba de Chopitea es muy visitada. La leyenda cuenta acerca de un hombre que pasó de la pobreza a la riqueza de la noche a la mañana, después de haberle vendido su alma al diablo. Se narran muchas cosas extrañas sobre él. Muchas brujas entraban y hacían rituales al pie de su tumba, narra el guardián. “Acá dicen que se aparecía el hacendado barriendo. También dicen que veían a una mujer hermosa con el cabello amarrado que transitaba por estos lados”.
Pero así como este hacendado es visitado por curiosos y brujos, a unos pasos se encuentra el “Chinito” milagroso, que murió el 24 de enero de 1877. Posiblemente alguien especial y a la que mucha gente guardaba gran cariño, aunque no se guarda registro de lo que fue; sin embargo, en el sentir popular es un personaje a quien se acude para pedir un milagro. Don Roberto explica que a diario acuden fieles devotos quienes llevan ofrendas florales que colman el pequeño ambiente de su nicho. Es el personaje más visitado en el Día de todos los Santos, 1 de noviembre.
Ya, al finalizar este pequeño recorrido coturno nos damos cuenta que acá se pueden descubrir grandes historias. No solo la de estos dos personas populares, sino a figuras como Manuel Cavero y Muñoz, primer alcalde de Trujillo; Hipólito de Bracamonte, quien le diera libertad a sus esclavos en su hacienda de Chiclín antes que Ramón Castilla; Cecilio
Cox, quien pagó el cupo a los chilenos para que no invadieran Trujillo; Víctor Raúl Haya de la Torre, el peruano del milenio, entre otros.
Ya son cerca de las 10:00 de la noche y con ello la visita termina. Y mientras nos despedimos del “Guardián sin miedo”, vemos cómo tras cerrar el portón y encadenarlo, se pierde entre los mausoleos. Tal vez ya es hora de dormir o pedirle un deseo al “Chinito” milagroso.
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